La Secretaría de Administración Penitenciaria (SAP) informó que el Grupo de Intervención Rápida está dentro de la cárcel y negocia la liberación de los rehenes, según recoge la prensa local.
La rebelión comenzó el lunes por la tarde y los presos llegaron a quemar colchones, lo que causó una gran humareda en la zona.
Poco después familiares de algunos presos se dirigieron al centro en busca de información y acabaron quemando neumáticos para protestar por las malas condiciones y la falta de seguridad.
La cárcel de Hortolândia, igual que la mayoría de presidios brasileños, tiene un grave problema de densidad: aunque tiene capacidad para 855 personas en la actualidad cumplen condena en sus instalaciones 1.897 presos, un 121 por ciento más de lo permitido.