En su opinión, el expresidente de la Cámara maniobrará hasta el final para salvar su mandato como diputado y mantener así un escudo frente a las investigaciones de la Operación Lava Jato, que le acusan de haberse beneficiado de la trama corrupta de Petrobras y de esconder el dinero sucio en diversas cuentas secretas en Suiza.
"Hay una fuerte articulación entre bastidores entre los miembros de la actual Mesa de la Cámara, los diputados del 'centrão' (partidos minoritarios de extrema derecha) y ciertos sectores del PMDB para que Cunha salve su mandato, coloque a uno de sus aliados en la presidencia de la Cámara y continúe llevando adelante los retrocesos que ha promovido a base de sus proyectos de ley", advierte Moreira.
Una prueba de la amplia capacidad de influencia que de la que Cunha ha gozado en la Cámara son todos los obstáculos que sus aliados pusieron en el proceso que le juzgaba en el Consejo de Ética, convirtiéndolo en "el más largo de la historia"; los diputados tardaron ocho meses hasta conseguir apartar a Cunha de su cargo, recuerda Moreira.
Para el analista no se puede negar la "proximidad política" que existe entre Cunha y el presidente interino Michel Temer —que le habría aconsejado presentar la dimisión— aunque subraya que por el momento el presidente interino ha sido hábil al mantenerse distante de Cunha y de las polémicas que le rodean.
En cualquier caso Moreira pronostica que tras la salida de Cunha de la primera línea de fuego es probable que la atención recaiga ahora en otras figuras públicas que están "tan involucradas como él" en asuntos relacionados con la corrupción y que hasta ahora habían quedado en un segundo plano, como el presidente del Senado, Renan Calheiros, y el propio presidente Temer.