Las alegaciones en la línea de que el F-35 es eficaz contra los sistemas de defensa aérea rusos causan dudas, puesto que el país eslavo ha invertido mucho en el desarrollo de una sofisticada red de radares, señala el periódico.
"La cuestión no es en que los aviones sean invisibles uno para el otro, sino cómo de invisibles resulten estos para las estaciones de radar rusas", afirma Mike Coffman, investigador del Centro de Análisis Navales.
Los observadores han puesto de relieve en repetidas ocasiones que el nuevo F-35 "está plagado de problemas". Aunque su producción no se ha detenido, el Pentágono aún no puede determinar con precisión las características de vuelo de las aeronaves y la viabilidad de su aplicación en combate. En mayo, representantes del Pentágono ya habían informado que las pruebas finales del nuevo modelo se pospondrán hasta el 2018.
La propia edición político-militar de The National Interest incluyó al F-35 en la lista de los cazas más fracasados. Además, la nave resultó ser demasiado costosa. Varios aliados de EEUU han revertido su interés en la aeronave e, incluso, desde el propio Washington se oyen llamadas para reducir el número de unidades que serán adquiridas por las fuerzas militares de ese país.