Esta previsión del equipo económico de Temer, capitaneado por el ministro de Hacienda Henrique Meirelles, sustituye a la que había hecho anteriormente el gobierno de la presidenta apartada Dilma Rousseff.
Para 2016 la previsión es terminar el año con un déficit de 170.500 millones de reales (50.600 millones de dólares).
Si el Congreso Nacional da luz verde a la petición del Gobierno será el tercer año consecutivo que las arcas públicas de Brasil tengan un agujero superior a los 100.000 millones de reales.
Debido a la profunda recesión económica que atraviesa Brasil la previsión de los analistas es que los ingresos empiecen a superar a los gastos en el año 2019, no antes.
En las últimas semanas Temer ha aprobado medidas que tienen como consecuencia un coste adicional para el Estado, como el aumento de salarios a los miembros del poder judicial, la subida de la dotación del programa social "Bolsa Familia" y la renegociación de la deuda con los estados.
Temer se estaría negando de momento a tomar medidas impopulares y estaría esperando a que finalice el proceso de "impeachment" para anunciar subidas de impuestos, según apuntaron fuentes del entorno del presidente interino a la prensa local.