Según Braghis, esta solución respetaría "la soberanía e integridad territorial de la República de Moldavia, por medio de la aprobación del estatus especial de Transnistria".
"Por cierto, esto último es confirmado constantemente por personalidades oficiales de Rusia", señaló el diplomático.
Las acciones de las autoridades moldavas han demostrado que no tienen entre sus planes aislar Transnistria, añadió el representante de Chisinau.
Según el embajador, "partimos del hecho de que la misión de paz cumplió su mandato, en ambas riberas del Dniéster se estableció la paz y no hay signo alguno de una eventual violencia o reanudación del conflicto armado".
"Allí viven nuestros ciudadanos, respecto a los cuales mostramos una preocupación permanente", explicó el embajador.
Transnistria, el 60% de cuya población son rusos y ucranianos, empezó a luchar por abandonar Moldavia ya antes de la desintegración de la URSS, temiendo que los ánimos nacionalistas empujaran a Moldavia a unirse a Rumanía.
Actualmente Transnistria es un territorio fuera del control de Chisinau, con todos los atributos de un Estado, incluida una moneda propia.
El mantenimiento de la paz en la zona del conflicto corre a cargo de un contingente mixto de Rusia, Moldavia y Transnistria.
Esta última insiste en obtener la independencia, pero Moldavia se la niega, ofreciendo a cambio una amplia autonomía.