En 2016, por ejemplo, unos científicos de este instituto empezaron a montar experimentos con un FEL de parámetros récord, inexistentes en ninguna otra parte del mundo.
"El número de los satélites de comunicaciones aumenta sin cesar, pero su alimentación eléctrica resulta limitada, en particular los paneles solares garantizan alrededor de 10 kilovatios, en caso de alimentarlos desde tierra con la radiación infrarroja, se podrían garantizar unos 100 kilovatios", dijo a los periodistas este lunes el jefe de un laboratorio del Iyaf, Nikolái Vinokúrov.
El desarrollo de varios FEL potentes podría provocar un salto cualitativo en las comunicaciones satelitales, en el sistema de navegación por satélite Glonass y en otras ramas, afirmó el científico, al tiempo que dijo confiar en que esta propuesta desplazará en el futuro próximo la alimentación de satélites mediante paneles solares.
"Por muy buenos que eran los veleros, fueron desplazados por los vapores, lo mismo sucede en este caso", señaló.
La realización de este proyecto supone, en particular, crear espejos gigantes para transmitir energía al espacio y desarrollar instalaciones de seguimiento de los satélites, para lo cual se necesitan inversiones de alrededor de 1.000 millones de dólares, informó Vinokúrov y al mismo tiempo reveló que muchas compañías rusas y extranjeras muestran interés hacia este proyecto, pero de momento nadie se atreve a asignar dinero.