"Es cuando menos insensible hablar de gente que está contribuyendo enormemente a nuestra sociedad como 'moneda de cambio'", denunció en el parlamento de Westminster el portavoz laborista en Inmigración, Andy Burnham.
May se ha negado a garantizar la residencia permanente en un Reino Unido post-Brexit de los estimados tres millones de ciudadanos comunitarios que viven o trabajan actualmente en el país.
La misma postura adoptó este lunes el secretario de Estado en Inmigración, James Brokenshire, en una intervención de urgencia en los Comunes.
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"Se ha sugerido que el Gobierno podría garantizar plenamente el derecho de permanencia a los nacionales de la UE residentes en Reino Unido", señaló antes de descartar esta opción con prioridad a la apertura de negociaciones con el resto del bloque de los Veintiocho.
"Sería insensato sin una garantía paralela de los Gobiernos europeos respecto a nacionales británicos residentes en sus países", puntualizó Brokenshire.
El futuro del conjunto de expatriados forma así parte de la estrategia de campaña de las elecciones internas en el Partido Conservador.
Andrea Leadson, en el ala radical Brexit, marcó la diferencia con May más allá del respaldo de la titular del Interior a la permanencia en el referéndum del 23 de junio.
"Me comprometo hoy a garantizar los derechos de nuestro amigos de la UE que ya han venido a vivir y trabajar aquí", dijo Leadson al presentar la estrategia de su candidatura.
Y añadió: "debemos ofrecerles certeza; de ninguna manera pueden ser piezas de cambio en la negociación".