Los programadores de los coches autónomos se enfrentan a diario con este tipo de dilemas éticos, y por eso decidieron realizar una prueba para que las personas también expresen sus opiniones sobre el tema. El investigador de la Escuela de Economía de Toulouse, Jean-François Bonnefon, junto a sus colegas Azim Shariff del departamento de Psicología de la Universidad de Oregón e Iyad Rahwa, del Media Lab del MIT, realizaron un sondeo en línea en Estados Unidos para conocer la opinión del público sobre este tema.
Los resultados muestran que el altruismo tiene límites. Cuando se planteó la situación en abstracto, los consultados estuvieron de acuerdo en que el sacrificio del conductor frente al del peatón era la opción más noble. Sin embargo, fueron muy pocas las personas que dijeron estar dispuestas a comprar un coche que no ponga su seguridad en primer lugar.
"Lo que resuelve la aparente contradicción es el sesgo de 'locus de control'; una predisposición innata a preferir siempre las circunstancias en las que decidimos nosotros, incluso cuando el resultado no tenga nada que ver con nuestra elección, como ocurre cuando la gente paga más por un ticket de lotería en el que puede elegir los números, como si esa elección aumentara las probabilidades de alzarse con el premio".
El resultado de la encuesta arroja además otra interrogante. ¿Por qué aun, sabiendo que con los vehículos autónomos ocurrirían solo el 10% de las muertes de hoy en día, la gente los continúa resistiendo? Sobre esta cuestión, Tetaz opinó que "en líneas generales somos adversos a los cambios, de modo que siempre preferimos el statu quo; en este caso el auto con comandos manuales. Solo cuando la gente tenga la posibilidad de experimentar con autos autónomos acabara aceptándolos".