"(Ellos) serán perdonados y saldrán en libertad los presos que ya han cumplido parte de su condena y se han distinguido por un buen comportamiento", dice el decreto real.
Sin embargo, las autoridades de Bahréin se han negado a responder al pedido de varios países occidentales y organizaciones de derechos humanos, sobre la abolición de la decisión adoptada este mes de retirar la nacionalidad al jeque Isa Ahmed Qasim, conocido líder espiritual chií.
Se le culpa de estar detrás de la creación de los grupos de la oposición chií, en particular, Al Wefaq, el mayor partido de la oposición en los países del Golfo fundado en 2001, cuya actividad fue prohibida en Bahréin a mediados de junio de 2016.
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La decisión de Bahréin sobre el líder chií ya fue criticada por EEUU y a su vez fue calificada por la ONU como ilegítima, mientras que Irán advirtió a las autoridades bahreiníes que no presionasen al líder espiritual chií.