Antes de perpetrar el acto criminal, el autor material juró lealtad al Estado Islámico (EI) durante una llamada a la policía. Pero el hombre que provocó el ataque con mayor número de muertos desde los atentados del 11-S no era un extranjero. Su nombre era Omar Mir Seddique Mateen, y había nacido en 1986 en Nueva York. Tampoco lo era Syed Rizwan Farook, autor, junto a su esposa, del tiroteo de San Bernardino el 2 de diciembre del año pasado, en el que murieron 14 personas y otras 21 resultaron heridas.
Para ayudar a entender lo que sucede hoy con fenómenos como este, en donde casi de manera automática se vincula el terror con el Islam, el académico francés Olivier Roy invirtió el orden de los factores: "La cuestión no es la radicalización del Islam, sino la islamización del radicalismo".
Según el diario español El País, los perpetradores del terrorismo autóctono tienen determinadas características comunes entre sí. Suelen ser hombres de 28 años, y no son criminales profesionales o terroristas per se, sino que son ciudadanos ordinarios y, precisamente por ese motivo, son más difíciles de detectar y prevenir.
Pero, en Europa, los casos de terrorismo autóctono cobran tintes diferentes a los de Estados Unidos. La mayor parte de los atentados recientes fueron provocados por ciudadanos europeos radicalizados. Así, por ejemplo, los dos atentados de Bruselas en marzo del 2016, en los que murieron 35 personas y 340 resultaron heridas, fueron llevados a cabo por ciudadanos belgas de origen marroquí, y un suizo de origen sirio, todos ellos seguidores del EI. Del mismo modo, los agresores contra el semanario satírico francés, Charlie Hebdo, ocurrido en París en enero de 2015, y en el que murieron 12 personas y otras 11 resultaron heridas, eran ciudadanos franceses descendientes de argelinos.
Sin embargo, por más que se puedan distinguir matices diferentes en las motivaciones terroristas de uno u otro continente, existe un denominador común que los une. Y es que la derecha a ambos lados del Atlántico está aprovechando estos acontecimientos para obtener capital político. Es el caso de Reino Unido, donde los impulsores del Brexit, el referéndum por el cual la isla decretó el abandono del bloque europeo, apelaron a expresiones de xenofobia y racismo como parte de los argumentos de campaña. Y en Estados Unidos, Trump acusa a los mexicanos de ser narcotraficantes y violadores, y propone prohibir el ingreso de musulmanes al país.
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"Lo que está sucediendo tanto en Europa como en Estados Unidos es que a los inmigrantes se los acusa de todos los fracasos económicos y las crecientes desigualdades que los acosan. Sin embargo, posiblemente, todo esto sea consecuencia de las políticas de los programas de austeridad neoliberales. Pero siempre da más réditos a los partidos políticos culpar del desmantelamiento de la economía nacional a una supuesta amenaza exterior", concluye el profesor.