Corbyn destituyó de madrugada al responsable de Exteriores, Hilary Benn, y la portavoz de Salud, Heidi Alexander, dimitió horas después.
El líder resiste la creciente presión con el apoyo de sus más cercanos colaboradores en el grupo parlamentario y los grandes sindicatos que financian el partido.
El grupo parlamentario debatirá una moción de censura sobre el liderazgo en las próximas horas antes de proceder con una votación secreta.
Los medios aventuran la deserción de la mitad del "gobierno en la sombra" —diputados con responsabilidades parejas a las carteras ministeriales— si Corbyn se niega a dimitir incluso antes de la voto interno.
El malestar de los parlamentarios se ha intensificado a raíz de la decisiva victoria del Brexit en regiones de tradición laborista en el norte de Inglaterra y Gales.
"Corbyn estuvo ausente de los debates, particularmente en el noreste inglés. La gente quiere líderes potentes y Farage se entregó en la campaña con entusiasmo, convicción y pasión", señaló a Sputnik¡ David Donaghy, votante laborista desilusionado con su líder y frustrado por el resultado del referéndum del 23 de junio.
Benn desafió a Corbyn en la votación en Westminster sobre la extensión en Siria de los bombardeos contra Daesh (el autoproclamado Estado Islámico proscrito en Rusia, entre otros países).
"No confío en que podamos ganar elecciones generales con Jeremy al frente; es un buen hombre, pero no es un líder", sostuvo el destituido Benn en una entrevista con la BBC.
Corbyn tiene a los afiliados y simpatizantes laboristas como escudo contra cualquier intento de apartarle de la dirección del movimiento.
Por ello, el entorno del veterano activista asegura que volverá a presentar su candidatura al liderazgo si sus colegas parlamentarios le retiran las riendas.
Las negociaciones de la escisión de la Unión Europea aún no han comenzado, pero el Brexit está resquebrajando las dos principales fuerzas políticas del Reino Unido.