"Las consecuencias fueron nefastas, primero para los que sufrieron la ofensiva, y, al fin y al cabo, para los que la llevaron a cabo. La lucha por la supervivencia contra Alemania le costó a la Unión Soviética unos 25 millones de vidas. La cifra de los que se enfrentaron al hambre, al sufrimiento y al reasentamiento forzado es aún mayor".
"Las personas que visitan a menudo Rusia, Ucrania y Bielorrusia, como por ejemplo yo, saben cuán presente está en la mente de estos pueblos la Gran Guerra Patria. La memoria está viva, y no como un reciente eco de la historia, sino como una parte del presente —con todos los horrores de la guerra, con el orgullo por la autoestima en esta impuesta lucha no por la vida, sino por la muerte—."
El número incalculable de víctimas entre los rusos, ucranianos, bielorrusos y muchos otros países de la URSS no ha sido olvidado ni por los países de la antigua Unión Soviética ni por nosotros", continúa el texto.
El ministro de Exteriores alemán subrayó que, durante los debates actuales sobre el orden mundial, es necesario entender que la guerra de exterminio se abatió sobre los pueblos soviéticos desde Europa.
"Nosotros, los alemanes, estamos infinitamente agradecidos a los rusos, ucranianos, bielorrusos y otros pueblos de la ex Unión Soviética por haber extendido la mano de reconciliación pese a todas las maldades y crímenes cometidos en nombre del pueblo alemán", afirmó el jefe de la diplomacia alemana al rotativo ruso.
"Siempre hemos conservado y conservaremos la memoria sobre los horrores de la Segunda Guerra Mundial y sobre la culpa de Alemania, y esto será una condición imprescindible para la reconciliación de nuestros países", expuso.
"Hoy, 71 años después del fin de la guerra, mantenemos los contactos diplomáticos, políticos, económicos y culturales con todos los países que se crearon tras la disolución de la URSS. Guardamos juntos los recuerdos sobre la Segunda Guerra Mundial y honramos la memoria de las víctimas de esta barbaridad".
El alto diplomático alemán señaló que el diálogo y la honra conjunta de la memoria, las relaciones estrechas entre las sociedades y, en particular, entre las juventudes de diversos países, deben y pueden evitar los procesos de alienación que van surgiendo paulatinamente.
"¡No tenemos que dar por hecha la paz en Europa incluso hoy en día! Allí donde existe algo que amenaza la paz, nosotros, los que asumimos hoy las responsabilidades, debemos asumir la tarea de aprender las lecciones correctas de nuestra historia colectiva", arguyó Steinmeier.
"Mientras resolvemos los conflictos, quisiera que nunca olvidemos qué nos une más a los europeos, en vez de pensar en lo que nos divide. Nuestro deber ante las víctimas de la guerra, ante las víctimas en las tumbas de los soldados desconocidos, ante los ancianos, mujeres y niños, que sufrieron las torturas y fueron asesinados, es guardar la memoria conjunta sobre el sufrimiento, sobre el sacrificio y repetir cada día 'Nunca más'", conlcuyó.