La sesión no reportó ningún incidente a pesar de las largas colas que se formaron en los más de 100 centros del Consejo Nacional Electoral (CNE) donde están ubicadas las máquinas para captar las huellas dactilares de los ciudadanos que concurren a verificar su firma.
Según reportó el periódico local El Universal, se instalaron 300 máquinas en 128 puntos del país, sin embargo, el líder opositor y gobernador del estado de Miranda (norte) declaró en horas de la mañana que solo había 115 centros funcionando.
"Está el compromiso de subsanar estos inconvenientes y que en la tarde puedan estar todos funcionado", dijo Capriles, consignó El Nacional.
La oposición entregó a principios de mayo 1,8 millones de firmas para cumplir con el primer paso de formar una asociación de interesados en el referendo, para lo cual bastaban algo menos de 200.000 firmas (uno por ciento del padrón electoral).
Entre este lunes y el viernes, las personas cuyas firmas aparezcan en la base de datos del CNE deberán acudir a las oficinas regionales de la entidad y plasmar sus huellas dactilares a través del sistema biométrico para validar las rúbricas.
A partir de entonces, el CNE tendrá 20 días hábiles, hasta el 26 de julio, para verificar que se hayan cumplido todos los requisitos.
Una vez certificadas estas voluntades, el CNE debe autorizar la comparecencia de 20 por ciento del padrón electoral, cuatro millones de personas, que expresen su voluntad de celebrar el referendo.
La consulta en las urnas debe ser convocada dentro de los 90 días siguientes a la verificación del 20 por ciento de voluntades por el CNE.
Si el referendo se celebra este año y hay suficientes votos a favor del cese de Maduro, deberán convocarse elecciones para presidente.
Si lo mismo ocurre el año próximo, el mandatario dejará el cargo, pero quedará en su lugar el vicepresidente.