Romario, quien actualmente es senador en el Congreso Nacional de Brasilia por el Partido Socialista Brasileño (PSB), ha negado que su falta de experiencia en la política municipal sea un obstáculo para su carrera electoral.
"Cuando me presenté a senador en 2014, se habló mucho de mi falta de experiencia y era verdad, ya que nunca había sido senador. Pero el actual escenario político también muestra que los que tienen más experiencia están siendo presos, y yo esa experiencia ni la quiero ni la voy a tener", ha proclamado.
Hasta ahora se había especulado con la posibilidad de que Romario se presentara a las elecciones como candidato a vicealcalde, especialmente con el candidato del Partido Democrático de Brasil (PMDB), Pedro Paulo.
La elección de Romario, de fuerte tirón popular, como número dos ayudaría a traer votos a la candidatura de Pedro Paulo, la mano derecha del actual alcalde Eduardo Paes y desconocido para la mayoría de los cariocas.
Sin embargo, el PSB ha decidido presentar candidato propio, avalado por los buenos resultados que cosechó Romario cuando se presentó a senador por Río de Janeiro en las elecciones de 2014.
Entonces se convirtió en el senador más votado de la historia del estado de Río de Janeiro, con 4,6 millones de voto, dos de ellos procedentes de la capital.
En su breve discurso para dar inicio a la pre-campaña electoral Romario ha asegurado que es probable que en las próximas semanas salgan a la luz "cosas negativas" sobre su persona, pero dice está tranquilo: "No estoy pillado por nadie", ha avisado.
En sus años como político Romario, ha destacado por ser uno de los principales impulsores de las comisiones de investigación en el Congreso sobre el Mundial de Fútbol de 2014, con cuya organización siempre se mostró muy crítico por el papel que jugó la FIFA.
Por ahora el favorito en las encuestas de cara a la alcaldía de Río es el obispo evangélico Marcelo Crivella, del Partido Republicano Brasileño (PRB), conocido por sus posiciones conservadoras.
Las elecciones municipales tendrán lugar en todo Brasil a principios de octubre y en Río de Janeiro estarán marcadas de forma decisiva por los Juegos Olímpicos y Paralímpicos y por la crisis financiera que afecta al Estado de Río.