Constituyen la población de refugiados más grande del mundo y representan el 40 por ciento de los refugiados de larga duración.
Su derecho al retorno a su tierra, a recuperar sus propiedades o a recibir una compensación a cambio de ellas en caso de no querer regresar está reconocido en resoluciones de la ONU como la 194, de diciembre de 1948, pero nunca se ha materializado.
En el Día del Refugiado, que se conmemora hoy a nivel internacional, la UNRWA destacó el sufrimiento de una población que ha superado los 5 millones.
Estas personas proceden de los más de 700.000 palestinos víctimas de la Nakba ("catástrofe", en árabe), la huida forzosa y expulsión de la población palestina en 1948, del entonces recién creado Estado de Israel.
El drama de los refugiados palestinos empezó poco después de que la ONU aprobara el plan de partición de Palestina, en noviembre de 1947.
Con los enfrentamientos entre árabes y judíos, aún bajo el Mandato Británico de Palestina, se produjeron las primeras masacres de civiles en pueblos a manos de milicias judías que sembraron el terror entre la población palestina.
Miles de palestinos huyeron, la mayoría sin tener un lugar en donde cobijarse.
En algunos casos, como el del abuelo de Jihan, profesora de inglés de una escuela de Qalandia (Cisjordania), el hecho de tener tierras en dos puntos de Palestina hizo menos penosa la expulsión.
"Mi abuelo vivía en Al Kunayyisa, cerca de Ramle, pero tenía tierras en Al Tirah, próxima a Ramala, y se trasladaron allí", explica Jihan a Sputnik Nóvosti.
"En Al Kinayyisa perdieron muchas tierras agrícolas y una casa que nunca más pudieron recuperar", cuenta Jihan, que tiene estatus de refugiada de la UNRWA.
La mayoría de refugiados palestinos de 1948 confiaron en que su ausencia sería corta y podrían regresar a su hogar, pero no fue así porque Israel confiscó sus propiedades bajo la ley de Propiedades de los Ausentes.
Los refugiados palestinos —la gran mayoría inscritos en la UNRWA, creada en 1949- viven en diversos campos en Cisjordania, Gaza y Jerusalén este que con los años han quedado dentro de ciudades o pegados a ellas.
También hay refugiados que residen en localidades palestinas y desplazados cuyas aldeas dentro del territorio adjudicado a Israel fueron destruidas, pero que pudieron permanecer en el nuevo Estado, y palestinos acogidos en campos de Jordania, Líbano y Siria, entre otros países de Oriente Medio.
De los 1,8 millones de palestinos de Gaza, 1,3 millones son refugiados, según datos de la UNRWA.
Entre los más de 2,5 millones de palestinos de Cisjordania, 942.000 son refugiados.
La inmensa mayoría de los palestinos que vivían refugiados en Siria —unos 560.000- han sufrido un segundo éxodo a causa de la guerra que se inició en marzo del 2011.
El 62 por ciento se han convertido en desplazados internos o han tenido que huir a otros países.
Unos 42.000 palestinos que residían en Siria se han refugiado en el Líbano, que acoge a 490.000 personas.
Los refugiados palestinos carecen de derechos civiles y sociales en el Líbano y tienen un acceso muy limitado al sistema de salud pública y las infraestructuras educativas.
La mayoría dependen de los servicios que les ofrece la UNRWA.
Unos 18.000 palestinos de Siria residen en Jordania, donde hay 2,2 millones de refugiados palestinos.
La mayoría de ellos tiene ciudadanía y cuenta con derechos y servicios.