El autor cita al General Daniel Allyn, segundo al mando del Ejército americano, quien explicó que 100.000 de los soldados activos de su Ejército no están listos para ser enviados a combatir. De los 380.000 restantes, aproximadamente 162.000 ya se encuentran cumpliendo operaciones en Estados Unidos, Afganistán, Irak, Europa y otros países.
Eso deja a Washington con un reducido número de tropas listas para una respuesta inmediata en caso de crisis, lo que sumado a los contratiempos en materia de construcción y explotación de su industria aérea, no genera un ambiente esperanzador para EEUU.
Según Allyn, los problemas de presupuesto han obligado al Ejército de EEUU a elegir entre la preparación —el entrenamiento de tropas y el mantenimiento de equipos— y la modernización —la compra de nuevos equipos que mejoren el potencial de Ejército—.
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"Mientas que los estadounidenses celebran el 241° aniversario del Ejército de los EEUU, deberíamos preocuparnos por el futuro de nuestro Ejército dado que las amenazas contra los intereses de nuestro país siguen creciendo", sentenció Johnson.