La misma tasa de aprobación se mantiene desde febrero de 2004, cuando el sistema nacional de verificación inmediata de antecedentes penales (NICS) empezó a cotejar con la lista de individuos sospechosos de mantener vínculos con los terroristas a potenciales compradores de armas.
De los 2.477 sospechosos cuyo historial fue verificado desde entonces, apenas 212 no recibieron el permiso para la adquisición de armas.
Una condena por delito en el historial o el estatus de inmigración ilegal, en cambio, se reconocen como motivos para denegar el permiso.
La polémica sobre el control de armas en EEUU se reavivó a raíz del caso de Omar Mateen, un estadounidense de origen afgano que mató a 49 personas y dejó heridos a 53 en un club gay de Orlando. Mateen era un guardia de seguridad y tenía permiso para el porte de armas.