El sistema, conformado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) "está profundamente enfermo y tenemos que dar una respuesta", dijo Long.
El representante de Ecuador centró sus críticas en la CIDH, que "hace de corte y se abroga funciones, juega en forma parcializada y politizada y eso se relaciona con su financiamiento externo".
Según Long, el organismo recibe apenas la mitad de su presupuesto de la OEA, mientras el resto depende de donaciones voluntarias de los países miembros, de países observadores y de instituciones y fundaciones privadas.
Además, dijo Long, la CIDH "tiene sede en Washington (capital de un país) que no ratificó la Convención Americana de Derechos Humanos".
El diplomático sostuvo que sus críticas buscan "favorecer los derechos humanos y no ir contra ellos".
En opinión del canciller ecuatoriano, un "ejemplo patente de la parcialidad" de la CIDH es el informe de 2015 de su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, que encabeza el uruguayo Edison Lanza y que realiza duras críticas a Ecuador.
El capítulo sobre Ecuador es de "un nivel técnico pésimo y vergonzoso" para la OEA y para la CIDH, contiene "terribles plagios" y graves problemas de fuentes, "pues se basa apenas en dos ONG y en publicaciones de prensa", dijo Long.
Ecuador solicitó que la CIDH "rectificara el documento de 2015" sin éxito, agregó.
Long sostuvo que todas las solicitudes formuladas por Ecuador desde 2013 para que se contemplara la posición del país en los informes de la relatoría "han sido desoídas por la CIDH".
Para Ecuador, el problema se basa en las fuentes de financiación externa de la relatoría, entre las cuales mencionó a las Open Society Foundations del magnate George Soros, que a su vez "financia a una de esas dos ONG que son fuentes del informe" sobre la situación ecuatoriana, concluyó.