Todas las sustancias desarrolladas fueron catalogadas con el código de dos letras "LN" seguidos por números arbitrarios, según el reporte del Comité de Investigaciones de la Defensa Nacional publicado en 1946.
"El posible uso de las armas químicas para destruir las cosechas en Japón fue considerada con atención el último año de la Segunda Guerra Mundial", dice el documento.
El informe precisa que siete compuestos resultaban prometedores. Desde el punto de vista militar, los ácidos fenilacéticos parecían más "útiles" porque lo que hacían era provocar el crecimiento incontrolable de las plantas hasta su muerte. Así, los militares estadounidenses crearon al menos 9 tipos de armas a base de estos ácidos. Tras las pruebas, se quedaron con el LN-8, ya que mostró los mejores resultados, destaca Trevithick.
Aunque Japón se había rendido ante los Aliados, el Ejército estadounidense continuó con el proyecto sin disminuir su prioridad. Aunque al fin y al cabo las armas químicas no fueron utilizadas contra Japón, dos décadas después EEUU lanzó ataques contra Vietnam con una sustancia herbicida, defoliante tóxico, conocida popularmente como el Agente Naranja.
A pesar de las afirmaciones de los científicos de EEUU de que la sustancia no representa una amenaza para la salud humana, las generaciones posteriores de vietnamitas hasta hoy día padecen de enfermedades, consecuencias de los ataques químicos estadounidenses, según estudió la revista The Guardian.