Desde agosto de 2015, "el comercio se vio afectado inmediatamente en un 60 por ciento, pero en este momento se calcula en un 82 por ciento el cierre del sector comercial, y aquellos locales que permanecen abiertos los atienden solo sus propietarios", dijo a esta agencia la presidenta de la Cámara de Comercio del municipio venezolano de San Antonio del Táchira, Isabel Castillo.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó el cierre de algunos pasos de frontera con Colombia el 17 de agosto de 2015, luego de un ataque de supuestos paramilitares contra soldados venezolanos.
La medida se fue ampliando por toda la extensa línea limítrofe de los dos países.
Menos ventas de los dos lados
El DANE señala que las más afectadas fueron las exportaciones venezolanas a Colombia, pues disminuyeron un 30 por ciento, de 76 millones de dólares en enero-marzo de 2015 a 53 millones en el primer trimestre de 2016.
Asimismo, "las importaciones venezolanas desde Colombia durante el primer trimestre registraron una baja de 18 por ciento respecto al mismo período de 2015, pasando de 313 millones de dólares a 258 millones", añade el reporte.
El impacto también se aprecia en el desempleo a los dos lados de la línea fronteriza.
Desempleo
El transporte de carga de Táchira "está totalmente paralizado", según Castillo.
"Las personas que hacen parte de ese sector vivían del intercambio binacional que cesó tras la medida de cierre".
El cambio de divisas en la frontera, que había llegado a convertirse en una burbuja especulativa ante el control cambiario que rige en Caracas, también se desinfló.
Según dijo a Sputnik Nóvosti el gremio Asocambios Cúcuta, el flujo de negocios representa el 10 por ciento del que había antes del cierre de la frontera, por lo que salieron del negocio 50 de las 303 casas de cambio legales de la ciudad colombiana.
Burbuja cambiaria
Del lado venezolano, muchos operadores cambiarios legales no abren sus puertas, "por lo que cada vez es más difícil realizar cambios de bolívares a pesos colombianos", indicó Castillo.
En ambos lados la industria ha sufrido grandes golpes.
Sin embargo, en medio de tantas penurias algunos ganan.
Cortado el pequeño trasiego de víveres que practicaban los colombianos, aprovechando los precios subsidiados del lado venezolano, se reactivó la compra de alimentos y artículos de limpieza en Colombia, indica la Federación Nacional de Comerciantes de Cúcuta.
Bogotá ha asegurado públicamente que no tiene reuniones previstas con Caracas para evaluar la reapertura de la frontera, informó la Cancillería colombiana en su cuenta de Twitter en días pasados.
Los comerciantes de San Andrés de Táchira no descansan en su reclamo de que la frontera se abra y denuncian abusos de algunos funcionarios.
"Hemos solicitado formalmente la apertura de esos puentes a nivel gubernamental, ya que la frontera ha permanecido cerrada en los pasos legales para poder movilizar comercio", pero "las veces que se permite el tránsito por los pasos autorizados se hace bajo la discrecionalidad del funcionario de turno, lo cual deriva en abuso de poder y maltrato", puntualizó Castillo.
Las autoridades de los dos países realizaron el año pasado varios encuentros para aproximar posiciones, pero sin éxito.