"Si se conversa de igual a igual, puede conseguirse mucho, y si no, simplemente no habrá comunicación", señaló.
"Los abjasios no tienen la culpa de aquella tragedia, no fuimos nosotros quienes empezamos las operaciones de combate, además creció una generación que en principio no conoce a los georgianos, lo cual complica aún más el establecimiento de unas relaciones normales", explicó.
Al mismo tiempo constató que las partes a veces logran encontrar puntos de contacto, recordó en particular los problemas que surgieron en la central hidroeléctrica del Inguri, que Abjasia y Georgia explotan de en conjunto, y que se resolvieron abstrayéndose de los asuntos políticos.
"Si los intereses de la gente y el sentido común se promueven al primer plano, se encuentran soluciones", resumió.
Rusia reconoció la soberanía de Abjasia y Osetia del Sur tras la agresión georgiana de 2008.
El Ejército de Georgia lanzó una ofensiva contra la república secesionista de Osetia del Sur el 8 de agosto de 2008.
Rusia envió tropas a la región para proteger a sus habitantes, muchos de los cuales tenían nacionalidad rusa, y expulsó a las tropas georgianas tras cinco días de hostilidades.