El oso asustó a los soldados y oficiales que participaban en los ejercicios por lo que tuvieron que detenerse los 'juegos de guerra', afirma la edición.
El intruso de cuatro patas se comió las raciones de los militares y dañó varias de sus pertenencias. Al ver al depredador suelto por el recinto, los militares se escondieron en los camiones para evitar ser atacados por el oso.
"Normalmente los osos huyen del hombre pero este no tenía ningún miedo", ha relatado la portavoz de la brigada, Satu Hujanen.
Los miembros del ejército consideraron que el oso representaba un peligro para su vida y acudieron a la policía para que les dieran la autorización de matarlo. Tras recibir la aprobación, los militares abatieron al animal, que acabó pagando con su vida la incursión en el recinto.