La bomba fue encontrada durante unos trabajos de construcción en la parte sureste de Moscú.
Los representantes de los servicios de seguridad evacuaron a los obreros y previnieron el acceso al sitio del hallazgo. Los zapadores han sido llamados para desarmar el proyectil de forma segura.
El 3 de junio, otro artefacto de la Segunda Guerra Mundial fue descubierto en ese mismo distrito de Moscú.
A menudo se producen descubrimientos de artefactos históricos, tanto de épocas recientes como antiguas, bajo las calles de Moscú, ya que la capital rusa vive un período de activación del sector de la construcción.
En muchas ocasiones los historiadores y arqueólogos —o también los zapadores— son llamados a las obras para tratar de identificar, catalogar o desactivar, como en el caso de los dos últimos hallazgos, los objetos con los que se topan los obreros durante su trabajo.