A la pregunta "¿Cómo actúan los grandes oligopolios de los medios de comunicación en cuestión de la libertad de expresión y los derechos laborales de los periodistas?", responde Serrano: "Para empezar llamando libertad de expresión a su negocio".
Y precisa: "Es decir, que ellos puedan seguir disfrutando de un oligopolio exclusivo para difundir noticias, que no haya legislaciones que les regulen y puedan difundir falsedades o silenciar lo que no les interese, que puedan vetar las voces que les resulten incómodas, que puedan atacar de forma coordinada al político o líder social que no les guste, etc."
"En cuanto a los derechos laborales de los periodistas, como cualquier otra empresa o peor: precariedad absoluta, incumplimiento de horarios laborales, economía sumergida, ausencia de convenios colectivos, falta de respeto a cualquier criterio ético que plantee el periodista", agrega el analista español, autor de numerosos libros sobre los medios de comunicación y sobre Venezuela.
Según Serrano, las críticas de los grandes medios de comunicación occidentales "están mediatizadas por intereses económicos" o intereses "políticos influidos por esos intereses económicos".
Por ello, no se trata "de si son poderosos, sino de si sus Gobiernos son amigos y las políticas que están aplicando son del gusto de los poderes empresariales", por ese motivo "Putin, que no estaba en los papeles de Panamá, ocupó la portada sobre ese asunto; y Macri, que sí estaba, aparecía en un rincón de la noticia al día siguiente" o "todos sabemos quien es el presidente de Venezuela o Bolivia, y muy pocos saben quién es el presidente de Perú o México".