"Durante el discurso en uno de los canales televisivos ucranianos, afirmó 'humildemente' que estaba dispuesta a ser útil para el país en cualquier puesto: desde limpiadora hasta presidenta", recuerda Vladímir Filíppov.
El columnista reconoce que la popularidad del partido de Yulia Timoshenko creció notablemente gracias a la presencia de Sávchenko entre sus integrantes. Sin embargo, ahora Nadezhda representa un inconveniente para Timoshenko, dado que, según el autor, Sávchenko "no tiene nada en contra de ocupar su puesto".
"En consecuencia, no es nada sorprendente que, al llegar al aeropuerto de Boríspol, Sávchenko se negara a aceptar las flores de Timoshenko y a abrazarla", asevera Filíppov.
Filíppov considera que Yulia Timoshenko "se arrepentirá más de una vez de que en las elecciones parlamentarias haya puesto a Sávchenko a la cabeza de la lista del partido".
En cuanto a Petró Poroshenko, el autor constata que el presidente ucraniano mandó a Nadezhda a la sesión de PACE en Europa, donde "encontrará a muchos partidarios". Sin embargo, "un día volverá".
"¿Con qué debe ocupar el presidente a Sávchenko?", pregunta el periodista. La militar habló de su deseo de participar en las negociaciones con Donetsk y Lugansk acerca del canje de prisioneros, pero Donbás rechazó su ayuda, prosigue Filíppov.
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"No obstante, hace falta encontrarle algún lugar donde se atasque como en un pantano. Es que la élite política de Kiev necesita a Sávchenko solo como un símbolo, un lema. No les hace falta ella en sí. Incluso es peligrosa: no sabe las reglas del juego", arguye el periodista.
La soldado ucraniana permaneció en prisión en Rusia desde junio de 2014 y, en marzo pasado, fue condenada a 22 años de cárcel por el homicidio de dos periodistas rusos en Donbás.
Vladímir Putin firmó el 25 de mayo el indulto de Sávchenko, tras atender la solicitud hecha por parte de los familiares de los periodistas asesinados.