Más que una estirpe numerosa, los Vólkov son toda una dinastía, originada por la bisabuela, que crio a 10 hijos. Su orden de 'Madre heroína' se guarda como un tesoro por parte de los descendientes.
"Tener un hijo es difícil. Es fácil adivinar que tener ocho es complicado también, pero llega un cierto momento en el que la cantidad deja de ser un criterio", reconoce la madre, Oksana Vólkova.
El hijo mayor, Denis, acaba de finalizar la escuela secundaria. El menor, Vasily, aún no ha comenzado a ir siquiera a gatas.
Многодетная семья из Калининграда открыла секрет счастья
— Телеканал ЗВЕЗДА (@zvezdanews) 1 июня 2016 г.
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Los padres de una familia de este volumen tienen que ser unos gestores eficientes. La apretada agenda de los Vólkov comprende clases musicales y la práctica de deportes. Los metros cuadrados de su modesto hogar, en un bloque de apartamentos, son suficientes para estar equipados con todo lo necesario, incluidos una barra fija y un columpio.
Les gusta hacer todo juntos, y en especial montar en bicicleta. El padre suele llevar a los menores en la suya. Las bicis se van ajustando a medida que crecen los niños.
Los Vólkov sacan tiempo para ir a misa cada domingo. Los hijos asisten a las clases de la escuela parroquial.
El secreto de su felicidad radica en pensar menos en sí mismos y más en compartir las tareas con los demás. Apenas hay un 'yo', sino que prevalece el 'nosotros'.
Una vez que crezca el pequeño Vasily, los progenitores no descartan más descendencia. No les faltará de nada, y mucho menos cariño.