“Yo pensé: qué precioso canguro, y un segundo después el animal me atacó”, dijo Heinric, citada por el diario The Sydney Morning Herald.
Como consecuencia del ataque, sus implantes mamarios se rompieron. Al llegar a un hospital, le diagnosticaron la fractura de tres costillas, además de atenderla de varios arañazos en el cuerpo, mientras su amiga, llamada Salter, sufrió una conmoción cerebral por causa del ataque.
“Cuando un cirujano me vio me dijo que yo tenía mucha suerte de seguir con vida ya que los canguros tienen músculos muy fuertes. Si el animal me hubiera atacado mientras estaba en la bici, el resultado habría sido muy diferente”, dijo Heinric.
De acuerdo con la víctima, el incidente no solo le acarreó graves consecuencias sino también tuvo un efecto positivo. Ahora las autoridades locales por fin colocaron en la zona señales de alerta sobre posibles ataques de los marsupiales, todo un símbolo de Australia.