"Eso (…) fue un error, no solo porque violasen el mandato del Consejo de Seguridad que suponía solo el cierre del espacio aéreo, mientras que desde ese mismo cielo se dedicaron a bombardear, sino también porque finalmente asesinaron de un modo brutal a Gadafi; sea cual sea la actitud respecto a él, eso también fue un crimen de guerra", alegó el canciller ruso.
Desde entonces, en el escenario político libio se enfrentan las fuerzas liberales, apoyadas por el Ejército, y los partidos islámicos, respaldados por grupos de antiguos rebeldes.
Algunos territorios de Libia permanecen bajo el control de yihadistas vinculados con el grupo terrorista Estado Islámico (Daesh en árabe), proscrito en Rusia y otros países.
El 31 de marzo de 2016 en Libia inició su labor un ejecutivo de unidad nacional, formado con el apoyo de la ONU en un intento de acabar con la dualidad de poderes y contribuir a la solución de la profunda crisis que afecta la nación africana.