"Dios me impuso una misión que es salvar al país de la crisis", afirmó Temer a la vez que insistió en la necesidad urgente de realizar una "pacificación nacional", ya que "no podemos admitir una guerra entre brasileños" y avanzar que "ninguna medida será tomada sin un acuerdo con la sociedad".
El Congreso Nacional de Brasil votará este martes la nueva meta de déficit fiscal para 2016 propuesta por el gobierno de Temer y que ascenderá a 170.500 millones de reales (unos 47.901 millones de dólares), el peor resultado en la historia de las cuentas públicas del país.
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La nueva meta fiscal deberá substituir a la meta propuesta por el equipo económico de la presidenta suspendida Dilma Rousseff y que ascendió a 96.650 millones de reales (unos 27.153 millones de dólares) después de que su gobierno iniciase el 2016 con un objetivo de superávit fiscal de 24.000 millones de reales (unos 6.782 millones de dólares).