Las mayores pérdidas fueron registradas tras el primer embargo ruso, a partir del 7 de agosto de 2014, contra los países de la UE, así como EEUU, Canadá, Australia y Noruega. Entonces, los proveedores europeos perdieron 9.100 millones de dólares.
Los alimentos sancionados fueron sustituidos casi totalmente por productos nacionales.
Según el Centro Analítico, las sanciones occidentales influyeron sobre la situación económica en Rusia, pero no causaron la crisis.
"La situación actual difiere significativamente de las crisis económicas de los años 1998 y 2008", comentaron los expertos.
Moscú limitó la importación de alimentos procedentes de los países occidentales, quienes impusieron sanciones antirrusas. En 2015, el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó la destrucción de los productos vetados que habían sido importados ilícitamente.
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Entre los productos vetados hay carne, pescado, frutas, hortalizas y lácteos. Desde 2016, en la lista de los países sancionados por Rusia figura también Turquía —en respuesta al derribo del bombardero ruso Su-24 en el territorio de Siria—.