En el video se puede ver un tanque ‘T-72’, equipado con una ametralladora pesada, respaldado por una unidad de infantería armada con lanzallamas. Una vez posicionados en el campo de tiro, los soldados se acomodan en cadena y preparan sus armas para el ataque.
El lanzallamas portátil 'Shmel-A' (Abejorro en ruso) consta de un cañón de cerca de un metro de longitud con un proyectil reactivo adentro. La carga del proyectil es termobárica, es decir, que, al entrar en contacto con su objetivo, genera una nube aerosol de material explosivo que se prende en llamas de manera instantánea. La temperatura en el epicentro de la deflagración alcanza los 3.000 grados centígrados.
El arma tiene un alcance de hasta 1.700 metros. 'Shmel-A' permite atacar a las tropas enemigas incluso cuando están bajo la protección de un recinto fortificado, atrincheradas en una fortaleza o escondidas en la montaña. Además, la explosión termobárica quema el oxígeno en ambientes cerrados, causando una drástica caída en la presión atmosférica. De esta forma, si un enemigo logra esconderse de la nube explosiva, el brusco cambio de la presión dañará sus órganos internos de todos modos.
El lanzallamas 'Schmel' fue utilizado en los combates contra los radicales en Afganistán, donde, no en vano, fue apodado por los combatientes islámicos como 'el cañón de Satán'.
A pesar de su carácter mortífero, el lanzallamas tiene también usos pacíficos. Puede emplearse para luchar contra incendios y avalanchas de nieve.