Se trata de la situación que atañe a la ciudad iraquí de Mosul, que, de acuerdo con el mandatario estadounidense, va a ser liberada del grupo terrorista Daesh —proscrito en Rusia y otros países— antes de fin de año.
Según los autores del artículo —Charles Duelfer, ex asesor especial de la CIA para las armas de destrucción masiva, y Judith Miller, periodista estadounidense—, la liberación de Mosul va a conducir a "la crisis humanitaria y la catástrofe política" en vez de a una victoria militar. Duelfer y Miller dan cinco razones por las que vislumbran semejante resultado.
Mosul es la segunda ciudad más grande de Irak, incomparablemente más que Ramadí —ya liberada pero, desafortunadamente, casi eliminada de la faz de la tierra por los terroristas—.
En el caso de una ofensiva sobre Mosul, la gente bloqueada en la ciudad junto con los ocupantes entraría en pánico, mientras que Daesh dispondría de suficiente tiempo para prepararse para tomar rehenes y hacer explotar edificios enteros.
"La liberación convertiría a Mosul en una ciudad fantasma", profetizan los autores del artículo.
En segundo término, los suníes que viven en la ciudad no quieren que sea recuperada por el Ejército de Irak.
"Los suníes de Mosul todavía no confían en Bagdad. Muchas personas temen que las unidades chiíes semi-independientes, apoyadas parcialmente por Irán y por el ex primer ministro del país, Nuri al Maliki, representen una amenaza más grave que Daesh", según el New York Post.
En cuarto lugar, según Duelfer y Miller, la crisis humanitaria en el país será agravada por Irán, supuestamente interesado en el debilitamiento del vecino Irak.
El quinto aspecto al que hacen alusión los autores apunta a que el caos en Mosul puede agravar considerablemente la situación en Bagdad. Parece que el actual primer ministro del país, Haider al Abadi, trata de luchar contra la corrupción y tener en cuenta los intereses de los suníes. Sin embargo, es muy arriesgado liberar Mosul antes de que los suníes se vean beneficiados por su política.
De acuerdo con los autores, Obama está enfrentando una decisión difícil, probablemente más importante que el lanzamiento del ataque contra Osama bin Laden. Ahora debe decidir entre liberar la ciudad en un futuro cercano o alentar a Bagdad a esperar hasta que se estabilice la situación política en el país.
La liberación de la ciudad en la situación actual amenaza con un nuevo derramamiento de sangre, —con más víctimas, graves destrucciones y miles de nuevos refugiados—. Esto será "una coda trágica pero fácilmente previsible de la presidencia de Obama", concluyen Duelfer y Miller.