Con más de 200 estaciones —44 de ellas catalogadas como patrimonio cultural—, el Metro de Moscú es uno de los suburbanos más grandes del mundo, y para el 2020 tendrá 75 nuevas estaciones, con lo que podría llegar al primer lugar. En su aniversario le contamos algunos de los datos más interesantes sobre el ‘palacio subterráneo’ de Moscú.
Refugio de guerra
Desde el inicio de la Gran Guerra Patria hasta el año 1943, cuando los ataques aéreos sobre Moscú finalizaron, el Metro de Moscú fue no solo un refugio contra los bombardeos, sino un segundo hogar para los moscovitas. Entre las paredes del metro nacieron 217 niños, en las estaciones los habitantes podían encontrar tiendas y peluquerías, e incluso en la estación Kurskaya funcionaba una biblioteca pública.
Metro-2
Una de las leyendas preferidas por los moscovitas acerca del Metro de Moscú es la existencia del Metro-2, también llamado D-6. Según los rumores, existe una serie de líneas de metro secretas, construida a una profundidad aún mayor que el metro moscovita, que conecta diversas instituciones gubernamentales con búnkeres subterráneos a las afueras de la ciudad.
Aunque la existencia del Metro-2 no ha sido confirmada, tampoco ha sido desmentida, razón por la cual no dejan de aparecer nuevas leyendas acerca de este misterioso lugar.
Un anillo 'accidental'
La Línea Koltsevaya, por ahora la única línea circular del metro moscovita, es la más famosa de todo el subterráneo, no solo por su papel crucial a la hora de hacer transbordos, sino también porque entre sus estaciones —Komsomólskaya, Novoslobódskaya, Kíevskaya— están algunas de las más bellas del mundo:
Pero lo más increíble es la historia detrás del nacimiento de esta línea. Según cuenta la leyenda, en 1943 Iósif Stalin estaba analizando el desarrollo del Metro de Moscú con sus consejeros, cuando dejó, por accidente, una taza de café sobre los planos del subterráneo. Al levantar el café Stalin vio la huella en forma de anillo que había dejado la taza, y así surgió la idea de una línea circular para el Metro moscovita. Se dice que por esta razón es que la Línea Koltsevaya es de color café en los actuales mapas del Metro de Moscú.
Amor por el metro
Aunque el gobierno soviético impulsaba el crecimiento del subterráneo, la economía planificada y la necesidad de construir viviendas y otros edificios, era la causa para que muchas veces los constructores del metro se encontraran con diversos problemas, entre ellos la falta de cemento. Una leyenda cuenta que uno de los ingenieros del metro, al darse cuenta de que no podrían terminar la construcción por falta de materiales, entregó uno de los dos cuartos de su apartamento comunal a cambio de 100 toneladas de cemento. ¡Eso sí que es amor al trabajo! Si la leyenda cuenta la verdad, claro.
Un día de descanso
Entre el 2 de octubre de 1941 y el 7 de enero de 1942 tuvo lugar la Batalla de Moscú, entre los atacantes alemanes y la defensa soviética. El 15 de octubre de 1941, bajo el pánico general y los rumores de que la ciudad sería entregada a los alemanes, el Comisario del Pueblo, Lázar Kaganóvich, ordenó que el Metro de Moscú fuera destruido. Esa noche muchas de las estaciones fueron minadas o saboteadas. El 16 de octubre de 1941 por la mañana los moscovitas encontraron el Metro cerrado y ese día entró a los anales de la ciudad como el único día en que el metro no trabajó en sus 81 años de historia. Afortunadamente, la orden de Kaganóvich fue cancelada esa misma noche y el metro moscovita no sufrió daños irreparables.
Respira profundo
La estación más profunda del metro de Moscú es la estación ‘Parque de la Victoria’, con una profundidad de ¡84 metros! La estación, la segunda más profunda de Rusia, está decorada con imágenes que celebran las victorias en la guerra contra Napoleón en 1812 y en la Gran Guerra Patria.
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Los fantasmas del metro
Entre las muchas historias de los fantasmas que habitan en el Metro de Moscú, dos han ganado mucha fama, no solo entre los trabajadores del subterráneo, sino entre la gente ‘común y corriente’.
La primera es la tierna historia de un guardavía del Metro que amaba tanto su trabajo que no quería jubilarse; el guardavía murió a los 82 años, pero sus colegas afirman que continúa recorriendo los túneles del metro, feliz de estar allí.
Por otro lado tenemos la historia del maquinista negro. Cuenta la leyenda que este hombre conducía uno de los trenes del Metro moscovita. Un día su tren se salió de la vía y el vagón principal se incendió. Gracias al heroísmo del maquinista ningún pasajero murió y solo él sufrió fuertes quemaduras. Tres días después del accidente el hombre murió. Lastimosamente la dirección le echó la culpa al maquinista, al fin y al cabo los muertos no hablan… Tiempo después, los trabajadores del Metro empezaron a ver el fantasma del maquinista: negro, como si se hubiera tostado, caminando por los oscuros túneles, ultrajado y eternamente triste.