Tras un largo litigio y varios intentos fracasados, el juzgado de Primera Instancia número 2 de San Lorenzo de El Escorial ha reconocido en su sentencia "el derecho a la digna sepultura" de Manuel Lapeña Altabás y su hermano, Antonio Ramiro, militantes y fundadores del sindicato anarquista CNT en la localidad de Calatayud, en España.
En 1959 el Ministerio de Gobernación de España, antecedente del Ministerio del Interior, trasladó al Valle de los Caídos los restos de varios enterramientos colectivos. El nuevo emplazamiento posteriormente se convertiría en un mausoleo de Franco y un monumento a la victoria franquista. En el memorial yacen los restos de más de 30.000 combatientes de ambos bandos de la Guerra Civil.
Aunque muchos españoles consideran la decisión judicial como una victoria, esta decisión ya ha generado resentimiento en algunos sectores de la sociedad española. La Asociación de Defensa del Valle de los Caídos ha mostrado sus dudas sobre que los restos de los hermanos Lapeña reposen en este lugar y han pedido que Patrimonio Nacional "se abstenga de tocar y manipular los restos mortales de cualquier persona inhumada en los osarios de la basílica, en la búsqueda de los dos hermanos".