El 4 de mayo de 2016 el Ministerio de Defensa firmó un contrato sobre la construcción de dos buques de patrulla del proyecto 23550 con la empresa "Astilleros del Almirantazgo", una de las empresas más antiguas de la industria naval de Rusia, con sede en San Petersburgo.
Las características técnicas del nuevo tipo de nave no fueron difundidas. Según la información disponible, los buques del proyecto 23550 —todavía sin designación oficial- se destacan por combinar las características técnicas de un patrullero, remolcador y rompehielos, algo jamás visto en los proyectos semejantes en el ámbito internacional, según el comunicado de prensa de la Defensa rusa.
Un buque de este tipo será capaz de navegar de manera autónoma durante 60 días y cruzar hasta 11 mil kilómetros. Se prevé una plena capacidad tanto en el trópico, como en las aguas del Ártico, donde el buque podrá superar el hielo de hasta 1.5 metros de espesor.
El diseño de las naves refleja su futuro papel en la Armada rusa. Los nuevos buques ampliarán la zona de alcance de la Flota del Norte, que mantendrá su capacidad operativa incluso en las aguas cubiertas de hielo.
La nueva clase será usada en el Ártico sistemáticamente, opinan los expertos.