La Fiscalía de Estambul ha formulado la denuncia en el caso de los dos periodistas —Can Dündar, director del diario opositor 'Cumhuriyet', y Erdem Gül editor de la sede de Ankara—, quienes iniciaron una investigación periodística acerca de los suministros clandestinos de armas a los yihadistas en Siria por parte de los servicios de inteligencia turcos.
"¿Por qué abrieron el caso con un pretexto y luego lo recalificaron sin explicación?", se pregunta Akin Atalay.
Dadas las palabras del mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, sobre el caso "No lo dejaré sin respuesta", citado por el abogado, el proceso en cuestión ha sido muy politizado desde el inicio. Cada vez interviene más la política, las acusaciones suelen progresar de una manera bastante rápida, pero su objetivo se transforma en "condenar a la pena máxima", denuncia el abogado.
"Creo que la siguiente audiencia prevista para el 6 de mayo culminará con el veredicto final", concluye Atalay. A su juicio, todo el proceso ha sido un intento de las autoridades de ejercer presión sobre los periodistas opositores, acusando a sus colegas de cuatro delitos por un solo un artículo publicado. Pero el intento no tuvo éxito porque no es tan fácil atemorizar a las personas con estas medidas, asegura el abogado.