"Estamos en la segunda fase, que es epidemiológica, es el trabajo para el control de brotes y control de vectores epidemiológicos para evitar enfermedades infecciosas, cuidando el manejo de los alimentos, el lavado de manos y el consumo de agua segura", afirmó la funcionaria en contacto telefónico desde la provincia de Manabí (oeste), afectada por el sismo de 7,8 grados de magnitud.
Unos 25.000 damnificados se encuentran alojados en albergues instalados por el Gobierno.
El Ministerio de Salud Pública ecuatoriano registró a un total de 1.136 voluntarios que trabajan en tareas de socorro, aunque otros tantos han ido por cuenta propia a colaborar.
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"Hemos tenido voluntarios de varios países, como Colombia, Chile, Palestina, Bolivia, Perú, México, EEUU, y países de Europa, que han venido a colaborar según su especialidad, como psicólogos, médicos, anestesiólogos…", señaló Guevara.
Ecuador lanza operación contra las epidemias tras terremoto
"Estamos actuando oportunamente, entregando insecticidas, sobre todo cuidando a las mujeres para que no haya problemas de Zika y sus consecuencias, y además cumpliendo esquemas de vacunas sobre todo en los albergues, contra el sarampión, la rubiola, la influenza, la hepatitis A, etc", dijo a esta agencia la ministra.
La funcionaria aseguró que el país se encontraba "bien dotado de insumos" y medicamentos, gracias a una "temprana respuesta internacional e internacional" y el apoyo de la Organización Mundial de la Salud.
"No queremos que haya automedicación ni dificultades con medicina caduca o mal habida", subrayó.
El sábado 16 de abril un terremoto de magnitud 7,8 tuvo lugar en la zona costera de Ecuador, el peor sismo registrado en varias décadas.