Según el periódico, el Gobierno federal belga amplió de 20 a 100 kilómetros la zona de la distribución profiláctica de las pastillas antirradiación en las localidades cercanas a las centrales nucleares.
La semana pasada la ministra alemana de Medio Ambiente, Barbara Anne Hendricks, llamó al Gobierno belga a suspender el trabajo del tercer reactor de la central nuclear de Doel y del segundo reactor de la Central nuclear de Tihange, en la provincia valona de Lieja, hasta que sea comprobada su seguridad.
Previamente, lo mismo pidieron también los Países Bajos y Luxemburgo.
La Agencia Belga de Control Nuclear aseguró entonces a los países vecinos que los reactores en las centrales nucleares belgas corresponden a altos estándares de seguridad.
A raíz de la catástrofe de Fukushima en 2011 las autoridades belgas decidieron cerrar todas las plantas nucleares del país hasta 2025.