"Partimos, como antes, de que resulta poco razonable sumarse al Tratado de Comercio de Armas, tomando en cuenta, en particular, que los estándares que establece el mismo se encuentran por debajo de los análogos rusos", señala el documento.
La Cancillería rusa advierte que los fallos del actual tratado no permiten evitar de forma abarcadora que las armas suministradas comiencen a circular de manera ilegal.
El Tratado de Comercio de Armas, que entró en vigor el 24 de diciembre de 2014, generó preocupación en la parte rusa, que considera que beneficia a los monopolios y exportadores de armamento y podría ser utilizado como instrumento de presión contra ciertos regímenes.
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Se trata del primer acuerdo que controla el comercio de armas convencionales en el mundo con el objetivo de prevenir su circulación ilegal.