"La epidemia está claramente en un proceso descendente en Brasil", afirmó la representante de la OMS en referencia al país sudamericano que, según las informaciones del Instituto Pasteur, podría haber alcanzado 1,5 millones de casos desde 2014 situándose como principal epicentro de la enfermedad.
Precisamente, una de las alarmas lanzadas por la OMS sería la posibilidad de la expansión del virus en Europa a consecuencia del aumento de las temperaturas con la llegada del verano y, con ello, la temporada de mosquitos, así como "la posibilidad de una transmisión por vía sexual".
Cabe recordar que los esfuerzos de Brasil por la neutralización del mosquito Aedes Aegypti llegaron a movilizar en el mes de febrero a 220.000 miembros de las Fuerzas Armadas, un 60 por ciento de los efectivos totales del país, con más de 71.000 soldados solamente en la ciudad de Río de Janeiro futura sede de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Por su parte, el ministro brasileño de Salud, Marcelo Castro, ya había apuntado el pasado mes de marzo hacia la reducción de los números de infectados por el Zika durante los meses del invierno austral: "En el periodo de agosto y septiembre la cantidad de mosquitos es normalmente pequeña y el número de casos de dengue y, por tanto Zika, disminuye fuertemente".