En la mañana de este jueves una fuerte ola derribó un tramo de 50 metros de la ciclovía Tim Maia, construida con motivo de los Juegos Olímpicos de Río 2016, causando la muerte de dos personas y la desaparición de una tercera cuya búsqueda será reiniciada con las primeras luces del viernes y con la previsión de que el oleaje disminuya en la región.
Una de las víctimas fue identificada como Eduardo Marinho un ingeniero de 54 años que al igual que la otra víctima, un hombre sin identificar, falleció a consecuencia de la caída al mar de parte de la pasarela, un accidente inexplicable para una obra inaugurada el pasado 17 de enero con un coste de 45 millones de reales (12,7 millones de dólares).
"Algunas personas se pararon en la ciclovía porque pensaron que el oleaje era bonito y para tirar unas fotos. Las olas eran enormes y una de ellas, todavía mayor, levantó uno de los tramos. Vi algunas personas cayendo al mar. Deberían cerrar la ciclovía cuando hay temporal", declaró el testigo Damiao Pinheiro de Araújo, de 60 años, a TV Globo.
El proyecto, enmarcado en los preparativos de la ciudad para los Juegos Olímpicos de Río 2016, consiguió conectar mediante una ciclovía de 3,9 kilómetros el barrio de Leblón con Sao Conrado y la Barra da Tijuca, región de la ciudad que alberga el Parque Olímpico, dando servicio a 70.000 ciclistas al día que optan por pedalear ante la falta de transportes públicos de calidad.
"Resulta muy precipitado hacer cualquier tipo de acusación sin tener todavía el informe de los ingenieros pero está claro que un accidente como este es imperdonable", declaró a esta misma televisión el secretario municipal, Pedro Paulo Carvalho, quien justificó el silencio del alcalde, Eduardo Paes, debido a que se encontraría en el vuelo de regreso de Grecia tras participar en la ceremonia de encendido de la antorcha olímpica.
Desde su inauguración en enero, el proyecto de la ciclovía Niemeyer ha estado envuelto en diferentes polémicas debido a los fallos en la construcción (agujeros, huecos en los tramos) y falta de seguridad para los ciclistas que reclaman de que la ciclovía ha servido como escenario para los atracos de los habitantes de las favelas (subúrbios) de Vidigal y Rocinha que se encuentran en sus proximidades.
