Seis mil embriones en un cajón de tamaño de un horno microonda fueron enviados al espacio en una nave espacial SJ-10 desde el Centro de Lanzamiento de Satélites Jiuquan, en la provincia de Gansu.
Durante el experimento de doce días, las imágenes mandadas a la Tierra por el satélite mostraron señales del desarrollo de varios embriones. Las imágenes fueron publicadas por los medios chinos.
"Ahora finalmente probamos que el paso más crucial en nuestra reproducción, el desarrollo precoz de un embrión, es posible en el espacio exterior", comentó Duan Enkui, profesor de zoología de la Academia china de Ciencias y el investigador principal del proyecto.
"La raza humana aún puede estar muy lejos de colonizar el espacio, pero antes de eso hay que llegar a comprender si es posible para nosotros sobrevivir y reproducirse en el espacio sideral de la manera que lo hacemos en la Tierra", dijo Enkui.
Las imágenes vía satélite demostraron que los embriones han madurado en los blastocistos —una estructura embrionaria presente en las etapas tempranas del desarrollo durante el embarazo de mamíferos-.
"Esto representa un hito importante en la exploración del espacio por los humanos. Es un pequeño paso para los embriones de ratones, pero un gran salto para la reproducción de los humanos", dijo Aaron Hsueh, profesor de biología reproductiva.
La última vez, embriones de ratones fueron enviados al espacio en una aeronave de la NASA en 1996, sin embargo, ninguna de las 49 células demostró señales de desarrollo.
Veinte años después del primer experimento de embriones en 1996, cada una de las 6 mil células enviadas en el SJ-10 demostraron señales de desarrollo.
Quizá sea un pequeño paso para empezar pero los científicos sueñan con colonizar Marte. Cincuenta hombres y cincuenta mujeres ya fueron preseleccionados para el Mars Project One que busca establecer un asentamiento permanente en el planeta para 2024.
Los científicos ya están en la búsqueda de una manera de mantener a los astronautas alimentados e hidratados en galaxias muy lejanas, pero cuando se trata de sexo en el espacio, la investigación permanece en un estado embrionario.