"Cautelar levantada", confirmó el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, a través de su cuenta de Twitter, después de que Buenos Aires efectuara el pago de 9.300 millones de dólares a los 'holdouts'.
Argentina deja entonces de estar en suspensión de pagos, situación en la que llevaba desde la crisis de 2001, cuando dejó sin pagar unos 100.000 millones de dólares de deuda.
Unos 3.000 millones de dólares, retenidos en el Banco de la Nación Argentina y en el Banco de Nueva York Mellon, serán liberados a partir de la orden del magistrado.
Argentina tendrá entonces 22 días para concretar el pago de la deuda reestructurada.
Minutos antes, el Gobierno de Mauricio Macri había mandado una carta a Griesa en la que confirmaba el pago de 9.300 millones de dólares a los fondos buitre con los que el Ejecutivo había llegado a un acuerdo.
"Respetuosamente solicitamos a este tribunal que entre una orden que confirme que, como resultado del cumplimiento de las dos condiciones precedentes, las medidas cautelares han sido levantadas", indicaba la misiva.
Argentina concretó el pago de 6.200 millones de dólares a quienes acordaron con el Ejecutivo antes del 29 de febrero, y el resto, 3.100 millones, fueron depositados en un fideicomiso del Banco de Nueva York para quienes se incorporaron al acuerdo a partir de entonces.
El Gobierno emitió 7.000 millones de dólares "más de los que necesitamos para pagar a los fondos buitre", porque esperan "más acuerdos con los acreedores", indicó el ministro.
El funcionario añadió que el remanente también servirá para financiar "la mitad del gasto de capital, que anda casi por los tres puntos del producto interno bruto, equivalente a unos 15.000 millones de dólares".
Con los dólares que sobran, también alimentarán el mercado local y el Banco Central de la República Argentina, indicó.
De entrada, esos 7.000 millones ingresaron a las arcas de esta entidad bancaria.