Según se adelantó previamente, las partes abordarán la situación en Ucrania y Afganistán y analizarán cuestiones de la seguridad global y la disminución del riesgo de incidentes bélicos.
Las relaciones entre Moscú y las capitales occidentales se deterioraron a causa de la crisis en Ucrania y la reincorporación de Crimea a Rusia que Occidente calificó de "anexión ilegal".
EEUU, la UE y otros países occidentales aprobaron varios paquetes de sanciones contra ciudadanos, empresas y sectores enteros de la economía rusa, a lo que Moscú respondió con un veto agroalimentario.
Por su parte, la OTAN suspendió toda cooperación civil y militar con Moscú aunque al mismo tiempo decidió mantener abiertos los canales del diálogo político, la comunicación militar, así como continuar con la labor del Consejo OTAN-Rusia, que es un foro de consultas entre ambas partes.