Una vida parecida a la de la Tierra podría surgir en la periferia del disco galáctico de la Vía Láctea, y las estrellas más prominentes para albergar otras civilizaciones tendrían una edad menor que la del Sol, según el análisis de un equipo de astrónomos de Serbia, Austria y Francia.
Los científicos utilizaron las características del Sol y la Tierra como punto de referencia para un sistema estelar habitable. El estudio mostró que la mayor cantidad de estrellas de tipo solar se sitúa a unos 16 kilopársecs del centro de la Vía Láctea y tienen en torno a 3 mil millones de años de edad. Para comparar, el Sol tiene 4.570 millones de años de antigüedad y dista del centro galáctico en unos 8.5 kilopársecs.
Un pársec es una unidad de longitud empleada en astronomía derivada de la unidad astronómica —la distancia entre la Tierra y el Sol-. Un pársec equivale a 3.262 años luz o 30.900 millones de kilómetros. El diámetro de la Vía Láctea se estima en unos 30 kilopársecs, lo que hace de la distancia de 16 kilopársecs una "frontera" de nuestra galaxia.
Los resultados presentados podrían explicar la ausencia de contactos con la vida extraterrestre. La Tierra albergó vida hace unos 3.9 mil millones de años, entonces, los planetas que orbitan las estrellas jóvenes pueden estar todavía en las fases iniciales de su existencia, y por lo tanto carecer de civilizaciones avanzadas.