Subrayó que "coincidimos en lograr de Pyongyang el cese de los pasos irresponsables, y en que Corea del Norte reconozca que son vanos sus intentos de conseguir el reconocimiento del estatus nuclear norcoreano por la comunidad mundial".
Después de que Pyongyang efectuara su cuarta prueba nuclear a principios de enero pasado y lanzara un cohete de largo alcance con un satélite espacial a bordo en febrero, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad la resolución 2270 que endurece las sanciones contra Pyongyang y ordena inspeccionar todas las mercancías para Corea del Norte, además de prohibir la venta de armas convencionales norcoreanas, limitar la exportación de carbón, hierro, oro, titanio y minerales naturales raros.
Paralelamente, Seúl y Washington decidieron empezar negociaciones formales para desplegar en el territorio surcoreano el THAAD (por las siglas en inglés de Defensa Terminal de Área a Gran Altura), sistema estadounidense para derribar misiles de corto y medio alcance.
Tanto Seúl como Washington sostienen que el THAAD solo pretende contrarrestar la amenaza norcoreana, pero Pekín y Moscú sospechan que en el fondo EEUU busca aumentar su presencia en la zona y monitorear sus defensas.