Poco menos de un mes después, el 12 de enero, un terrorista suicida de Daesh hizo estallar una bomba en la plaza Sultanahmet en Estambul, matando a 11 turistas alemanes.
El 19 de marzo otro atentado parecido tuvo lugar en el paseo peatonal de İstiklal, en Estambul, cobrándose la vida de tres turistas de Israel y uno de Irán.
Pocos días después, el 22 de marzo, militantes de Daesh cometieron una serie de atentados en Bruselas que costaron la vida a 32 personas.
Según el periódico Cumhuriyet, la inteligencia turca disponía desde septiembre del año pasado de información operativa de los atentados que preparaba Daesh en mítines, con participación "de más de un terrorista suicida", sin embargo, esta no trascendió hasta los jefes del servicio especial debido a una "negligencia u otras motivaciones", por lo cual no fueron tomadas las medidas de seguridad pertinentes.