Los bromistas telefónicos rusos Vladímir Kuznetsov y Alexéi Stoliarov, conocidos en la Red como Vován y Lexus, publicaron una grabación de la entrevista que habían hecho con The New York Times, suplantando al presidente ucraniano Petró Poroshenko.
Durante la conversación, uno de los humoristas, en nombre de Poroshenko, comentó la renuncia del primer ministro Arseni Yatseniuk y aseguró que la influencia de los oligarcas en la política ucraniana no disminuirá por la retirada del funcionario.
Anteriormente, Svyatoslav Tsegolko, el portavoz de Poroshenko, declaró que The New York Times casi publicó la entrevista falsa. Lograron evitar su publicación al enviar una solicitud. Tsegolco culpó de lo sucedido a "los órganos secretos rusos", y calificó al engaño descubierto como un acto enmarcado en "la guerra híbrida".
El mismo Poroshenko declaró anteriormente la presencia de una "guerra híbrida", que busca desacreditar a Kiev. Comentó además el editorial de The New York Times, en el que los periodistas del periódico llamaron a Ucrania "una ciénaga corrupta", en donde los países donantes, como EEUU y el FMI no deben "echar su dinero". A Poroshenko lo caracterizaron como "un producto del sistema antiguo", el cual no está listo para luchar contra la corrupción que ha asolado el país.
La reacción del presidente fue criticada por algunos diputados de la facción "Bloque de Petró Poroshenko" en el parlamento, al declarar que demuestra una carencia de la voluntad política y pierde "el sentimiento de la realidad". En Rusia, la situación también fue analizada: María Zajárova, la portavoz de la Cancillería rusa, en broma propuso a Kiev incorporar a NYT dentro de la lista de sanciones estadounidense. A su vez, Poroshenko afirmó que sus palabras al respecto fueron "incorrectamente interpretadas".