El número exacto de jabalíes en el territorio de Fukushima sigue siendo desconocido. Sin embargo, entre 2014 y 2016 el número de animales muertos por cazadores aumentó de tres mil a 13 mil.
En la ciudad de Nihonmatsu, a 56 kilómetros de la planta nuclear, fueron cavadas tres fosas comunes lo suficientemente grandes para 600 animales cada una, pero ellas ya están casi a su máxima capacidad. En la región, no hay tierras públicas donde se pueda cavar más fosas comunes.
Algunos cazadores entierran los cuerpos en sus propios jardines, pero a menudo esos son desenterrados por perros salvajes.
La ciudad de Soma gastó un millón y medio de dólares en la construcción de un incinerador especialmente diseñado para cremar jabalíes. El dispositivo que cuenta con filtros para absorber cualquier material radiactivo liberado por sus cremaciones, es capaz de incinerar apenas 3 mamíferos al día.
La carne de jabalí es considerada un manjar local, pero los animales contaminados por la radiación no son aptos para el consumo humano. Pruebas hechas en la región demostraron que la zona contaminada sigue siendo peligrosa, con niveles de radiación 300 veces mayor que el límite seguro para los seres humanos.