Un cuarto de siglo después del desmembramiento de la URSS en 1991, un 64 por ciento de los ciudadanos rusos se expresaron a favor de la conservación del estado soviético en un sondeo realizado por el CRIOP. Solo un 20 por ciento dio una respuesta negativa, mientras que un 16 por ciento de los encuestados se mostró indeciso.
Los analistas del Centro no se limitaron a presentar los resultados de la encuesta, sino además dieron un análisis de los mismos.
Aunque la nostalgia de la URSS está más difundida entre los mayores de 60 años (76 por ciento), cuya niñez pasó en los campamentos de verano para pioneros y su juventud coincidió con la conquista del espacio por los cosmonautas soviéticos, casi la mitad de la generación de 18-24 años de edad (47 por ciento) comparte las mismas ideas de sus padres y abuelos, aunque por motivos diferentes.
La directora de los proyectos de investigación sociopolítica del CRIOP, Yulia Baskákova, señala:
"Para la generación venidera, la URSS es un concepto abstracto, conocido por los cuentos de sus padres. Sus ideas acerca de los atributos del régimen soviético incluyen una sensación placentera de pertenencia a una potencia grande y sueños de un estado social".
Curiosamente, la gente joven de alrededor de 30 años, nacida en la URSS, pero con una nueva "formación", aún conserva muchos recuerdos de los tiempos soviéticos.
La galería de fotografías de los álbumes familiares muestra artefactos de la época: máquinas callejeras de agua gaseosa, uniformes escolares, cochecitos para niños, menú del festejo de Noche Vieja. Algunos de los objetos pueden parecer modestos y anticuados, pero para los rusos son una fuente permanente de nostalgia.